estaba, y procuraba manifestar mi voluntad y deseos á los que podian cumplírmelos; pero no podia manifestárselos bien; porque mis deseos estaban dentro de mí y aquellas personas estaban fuera; y por ninguno de sus sentidos podian percibir ni penetrar el interior de mi alma. Por eso me agitaba, daba voces, y hacia aquellas pocas señas y ademanes que podia, para significar mis deseos interiores; á los cuales no se parecian ni eran bastante semejantes mis ademanes y acciones. Y cuando no me daban los
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